miércoles, 14 de diciembre de 2022

CALLE JOAQUÍN COSTA Y ALEDAÑAS (BARBASTRO) (1/2)

El niño y las calles


Érase una vez un niño que recorría la calle Monzón cuatro veces al día para ir y volver del colegio. Se sabía el nombre de todas las calles que iban saliendo a su encuentro, pero cuando aprendió a leer las placas que las anunciaban se dio cuenta de que, en algunos casos, figuraba un nombre diferente al que él conocía. Preguntaba por aquellos personajes y sólo encontraba posibles respuestas con ayuda de la imaginación “¿aquél será el dueño de la calle?”, “¿éste vivirá en alguna de sus casas?” … 

Hoy, ese niño, que no sabe cómo ha ido pasando la vida pues los meses se le han hecho días y los años meses, se reconoce en el señor que a menudo pasea por la calle Monzón arrastrando sus callados recuerdos. Un día, queriendo darles vida, le oyó decirse …”te voy a explicar a qué obedecen los nombres de la calle de nuestra niñez y el de todas las que encontremos desde el Rioancho (calle General Ricardos)  hasta llegar a La Tallada, la plaza de nuestra casa”. El niño, con bata de rayas, botas de suela de "crepé" y cartera a la espalda, se entregó al ilustrado recorrido.

 

Calle Joaquín Costa - Calle Monzón (*)

Es la arteria madre, una de las principales del barrio de San Hipólito. Todo el mundo conoce el personaje al que hace referencia: Joaquín Costa, una gran figura del Alto Aragón (nacido en Monzón en 1846 y fallecido en Graus en 1911). Historiador, jurista, economista … un polifacético hombre que luchó como un león (así lo llamaban algunos, el “León de Graus”) por los regadíos de esta tierra, entre otras muchas cosas. 

Pero a pesar de los evidentes méritos de Costa para ostentar el nombre de una de las calles (que lo fue) más populares de la ciudad, la gente la llama como lo hizo desde que nació esta vía, allá por los siglos XII o XIII “Camino o Calle de Monzón”. 

Fue, sin lugar a dudas, durante mucho tiempo, la calle más transitada de Barbastro, pues por ella entraban las mercancías que llegaban desde Monzón y Cataluña, accediendo por la puerta llamada de “La Tallada”, lugar para fiscalizar con los correspondientes impuestos, y donde hoy está el supermercado Mi Alcampo. 

Hemos hablado tanto de esta calle, musitaba para sus adentro el señor, que temo perder la objetividad y caer en la nostalgia, que quiero eludir a toda costa, a la hora de analizar el antes y el después de este paisaje de mi infancia. Los “actores” de este escenario, junto con mis padres, me enseñaron con su conducta valores esenciales para la vida (solidaridad, educación, generosidad, respeto ...). 

Recibí amor a raudales de los vecinos de una de sus casas, a la que sí miro con nostalgia cuando paso cerca de ella; ese sentimiento sólo a mí me pertenece y no prescribe. 

¿Recuerdas?, en aquel entonces la calle Monzón estaba viva, la gente se detenía con frecuencia a hablar en plena calle, en las tiendas se “capaceaba” y como decía nuestro amigo Joaquín Coll Clavero, “era una ciudad en sí misma”. Ahora la vida pasa por ella, o se adentra en sus viviendas; nadie espera a nadie, ni siquiera a las golondrinas que durante mucho tiempo llegaron puntuales para anunciar la primavera. 

No reclamo que volviera a ser la calle de ayer”, pero una mayor atención por parte de los poderes públicos sí merece, tanto ella como las aledañas, pues, al margen de otros méritos, no hay que olvidar que este “cuartón” se comenzó a formar hace 700 años; habitado desde siglos por gente sencilla, con los mismos afectos y temores que la de cualquier otro barrio de Barbastro, pero con mucha historia detrás.


Calle Joaquín Costa, esta mañana
(desde General Ricardos)

miércoles, 2 de noviembre de 2022

EL SOLAR DE LA CALLE JOAQUIN COSTA (BARBASTRO)

En cualquier calle del casco antiguo de una ciudad es fácil encontrar un solar, entre dos edificios o a la vuelta de una esquina, escondido de los viandantes tras un débil cerramiento. Y los años pasan por todos ellos a la espera de una nueva vida mientras ya casi nadie recuerda la que perdieron al desaparecer el inmueble que alojaban.

Comparto en este blog el escrito que envié a la redacción de El Cruzado (periódico semanal, editado en Barbastro), el pasado 1 de septiembre. Salvo error, no ha sido publicado todavía. 


Solar situado en la calle Joaquín Costa, esquina con calle Conde

El 23 de julio de 2020 vimos cómo una pala excavadora vaciaba este solar de basuras a la vez que desprendía la frondosa vegetación que ocultaba la inmundicia. Con gran decepción, comprobamos que ninguna otra acción siguió a la descrita. Desde hace mucho tiempo vuelve a estar “lleno” y mientras el frondoso sotobosque esconde la basura, entre la porquería encuentran acomodo las ratas.

Escenario de juegos, almacén, vertedero, urinario, letrina; todas estas funciones asume esta parcela al abrigo de un deplorable cerramiento, aliado perfecto de prácticas incívicas.

Apelo a la responsabilidad que tiene el dueño del solar de conservar su propiedad en condiciones óptimas de seguridad y salubridad, y exhorto a las áreas de Urbanismo y Bienestar social, Sanidad y Consumo del Excmo. Ayuntamiento de Barbastro a que no cierren los ojos y se pongan manos a la obra. Eficacia frente a la negligencia.


El solar de mi calle es uno de tantos, pero le urge alzar la voz y yo le presto la mía.

A ti, querido lector, te pido que difundas su lamento.

¡Gracias!


A su paso por delante del solar,
visitantes del Museo de los Mártires Claretianos
Verano 2022

sábado, 1 de octubre de 2022

UN LIBRO Y UNA CALLE

En julio de 1937 dos telegrafistas fueron deportados, desde Madrid, a la estación telegráfica de Barbastro, situada en la calle Monzón.

Acertó mi amigo Joaquín Jurado cuando pensó que me iba a gustar el libro que acababa de leer; El telegrafista de Barbastro es la historia de uno de aquellos funcionarios novelada por su hijo (Pedro Carrero Eras), al que Ruth Zamora entrevistó para El Cruzado Aragonés, en noviembre de 2021.


Librería Ibor
Calle General Ricarcos, 25  (Barbastro)
 

sábado, 3 de septiembre de 2022

LA RÚA DE LOS FRANCOS (LEÓN)

Tras el “descubrimiento”, en Compostela, de la tumba del Apóstol Santiago, en la primera mitad del siglo IX, peregrinos de todos los rincones de Europa y de la península pusieron rumbo a Santiago por el Camino del norte. La esencia de su peregrinación era religiosa y espiritual.

Los siglos XII y XIII pueden considerarse la época álgida de la peregrinación a Santiago. La mayor seguridad en los reinos cristianos en ese tiempo propició que el flujo más importante de peregrinos transcurriera por el llamado Camino Francés. La naturaleza del peregrinaje también cambió, pues pesaba tanto o más el sentido comercial, cultural e, incluso, político, que el religioso.

En la ciudad de León, capital de un importante reino cristiano, a partir del siglo XII, los peregrinos cambiaron su ruta con el fin de adentrarse en la ciudad “vieja” y admirar el nuevo templo dedicado a San Isidoro de estilo Románico, nueva forma de construir traída por peregrinos procedentes de la Lombardía, en Italia. La novedosa vía nacía en Puerta Moneda, donde los cambistas y troqueladores de monedas desarrollaban su trabajo y, tras 700 mts, traspasaba la imponente muralla que rodeaba la milenaria ciudad.

 

Calle La Rúa


lunes, 8 de agosto de 2022

VIVA SANTO DOMINGO

Gracias, a todos los que habéis hecho posible que nuestro Santo Domingo haya retornado a su calle y el agradecimiento más cálido para Antonio Buil (Foro B21), la persona que dio valor al hallazgo fortuito de la imagen y ha contagiado su entusiasmo para hacer realidad una quimera.


Fachada lateral del inmueble nº 4, situado en la calle Joaquín Costa

domingo, 10 de julio de 2022

RECORDANDO A JOAQUÍN COLL

No es necesario que se aproxime el día de la marcha definitiva de Joaquín, también de Pedro -ambos son inseparables en mis evocaciones de juventud- para recordarlos, pues acudo a ellos en innumerables ocasiones.

Hace unos días retomé, una vez más, la lectura de la trilogía de C. Ruiz Zafón (La Sombra del Viento, El Juego del Ángel y El Prisionero del Cielo), las tres obras envueltas en el misterioso mundo gótico del "Cementerio de los libros olvidados". CRZ, un gran contador de historias con un estilo deslumbrante y sutil, sitúa la trama de sus libros en las calles de la antigua Barcelona: Barrio Gótico, Ramblas, el Raval, y al leerlo viajo hasta allí a través de la memoria. Mantengo muy presente el olor que flotaba en el aire del barrio Gótico, mezcla de humo, ceniza y comida; el aliento a humedad de los portales abiertos y de aquellas piedras que susurran historias ...


Joaquín Coll (verano, 1968)

viernes, 24 de junio de 2022

NOCHE DE SAN JUAN EN SAHÚN (HUESCA)

Ayer, todas las calles de Sahún llevaban a la plaza de la Iglesia porque en ese lugar iba a comenzar la celebración de LES FALLES. Tras una noche bulliciosa y cargada de emociones para sus vecinos y visitantes, hoy, día de San Juan, este pequeño pueblo del valle de Benasque recupera el sosiego.

Desde que dejamos el coche, en una zona habilitada para ello y comenzamos la subida hasta la iglesia, percibimos que detrás de Les Falles hay mucho trabajo e ilusión. El propósito de la fiesta es preservar una tradición,  bajo medidas de seguridad y grandes dosis de alegría y hospitalidad.

Cuando llegamos a la plaza de la Iglesia están preparando la hoguera y hablamos con Surya, un niño que justifica sus nervios porque en los dos últimos años no ha podido ejercitarse. Mientras, Haya, su hermana, nos miraba con una mezcla de orgullo y timidez, sabedora de que va a portar la falla por vez primera, bajo el amparo de su padre, como manda la tradición; la misma que apunta hacia el último mozo casado para que sea él quien prenda esa hoguera primigenia, encargada de encender las antorchas, verdaderas protagonistas de la noche.

Con la falla ardiendo, en primer lugar los pequeños y después los jóvenes y mayores, bajarán corriendo hasta el barranco, y allí empezarán a voltearla sobre la cabeza, hasta que se consuma la "piel" del albà (abedul), corazón y alma de esta particular antorcha.


Desde el prau de Riu, disfrutando del espectáculo
(Al fondo, el barranco)

jueves, 5 de mayo de 2022

"SE COGEN PUNTOS DE MEDIA"

A finales de abril tuve una visita inesperada que me llenó de alegría:

"Vengo a pedirte la foto que nos hiciste a mi mujer y a mí sentados en el banco, ¿tendrías una copia? Es que ella guardó la que nos diste, la guardó en alguno de sus libros, y no sé en cuál. Ahora que me falta quiero esa foto de los dos juntos, sentados en el banco, no quiero otra, quiero esa foto".

Al decirle que me iba a ser fácil encontrarla se le iluminó la cara y los ojos se le llenaran de lágrimas.

Días más tarde le entregaba la fotografía a Francisco y él me regalaba recuerdos de Carmen, su mujer, que me ayudan a dirigirme a ella.


Carmen Vidal Sirvent y Francisco Viñuales (*)

domingo, 3 de abril de 2022

PLAZA DE LOS SITIOS (ZARAGOZA)

A la memoria de Encarna, y a la de tantas “rosas” anónimas.


Plaza de los Sitios (de Emilio Castelar, antes)


Con una sonrisa llena de ternura, agitando suavemente la mano, se despedía Francisco de su hija Encarna, ya en el autobús que la llevaría a Zaragoza. Los dos hacían grandes esfuerzos para contener las lágrimas. Era un día frío y desapacible de finales de Diciembre de 1932, en Villarluengo, corazón del Maestrazgo turolense. Encarna apenas tenía 17 años.

Encarna reconoció en su padre una mirada triste, como si la sombra de la soledad ya lo envolviera. Cuando el autobús comenzó su recorrido, bajó la mirada a sus manos inquietas, que jugueteaban con un pañuelo, y se enjugó las lágrimas mientras daba un repaso a su corta y penosa vida. Hasta los 16 años había visto desaparecer a su madre, Ramona, a su abuela, Francha, y a su hermano José, quedándose sola con su padre. Por si fuera poco, su futuro laboral también peligraba en aquellos momentos. De común acuerdo con su padre, decidió ir a buscar mejor vida a Zaragoza.

No fue placentero el viaje, a la incertidumbre de lo nuevo se unía la lucha interna de las emociones, difíciles de gestionar y más para alguien tan joven. En su alma bullían la tristeza y la pena por lo que dejaba junto a la esperanza en una vida mejor.

martes, 1 de marzo de 2022

LA RUDA (MADRID)

Como sabes, La Ruda se escondía de mí, entre calles que transito con frecuencia, hasta que, por la radio, oí hablar muy bien del restaurante El Brote (Ruda, 14). No fue ni su cocina especializada en setas, que tanto me atrae, ni el sugerente nombre de la calle lo que me hizo encaminarme hacia ella, sino el compartir contigo la recomendación y, sobre todo, tu entusiasmo al decirme: “Por las mañanas, La Ruda huele a café, a buen café”.

Aquella primera vez entré en La Ruda por la calle Toledo sin perder de vista, al fondo, la estatua de Eloy Gonzalo, y me fui deteniendo en los innumerables comercios que la habitan por sus pares y sus impares, hasta completar el recorrido, de poco más de 100 metros, en la plaza de Cascorro.


Al fondo, plaza de Cascorro
Restaurante El Brote (izquierda imagen)

martes, 1 de febrero de 2022

"CASA GÓMEZ" Y LA CALLE SIN NOMBRE

En la esquina de La Tallada con la calle, sin nombre, que conducía a los muelles de carga y descarga de la estación del ferrocarril, se ubicaba el caserón conocido por muchos barbastrenses como “Casa Gómez”.  El acceso a las doce viviendas del inmueble se hacía por esa vía sin nombre, aunque la dirección postal del mismo, a finales de la década de los 40 y comienzo de los 50 del pasado siglo, fuera plaza del General Mola, nº 7 (La Tallada).


"Casa Gómez" (1970)


jueves, 6 de enero de 2022

UNAS ERAS NEVADAS

El 6 de enero, en Santo Domingo 23,  no quedaba un sueño por cumplir; el día aún no había amanecido cuando mi padre nos avisaba de que habían pasado los Reyes. Durante el corto recorrido del dormitorio al balcón del cuarto de estar, en pijama, no recuerdo haber sentido frío ninguna madrugada de Reyes, sino todo lo contrario; la emoción nos hacía saltar de alegría y al descubrir lo que aquel modesto balcón atesoraba, nuestra casa se colmaba de felicidad.


Eras de Palá, entre la calle Santo Domingo (izq.) y la avenida de la Merced (dcha.)