martes, 1 de marzo de 2022

LA RUDA (MADRID)

Como sabes, La Ruda se escondía de mí, entre calles que transito con frecuencia, hasta que, por la radio, oí hablar muy bien del restaurante El Brote (Ruda, 14). No fue ni su cocina especializada en setas, que tanto me atrae, ni el sugerente nombre de la calle lo que me hizo encaminarme hacia ella, sino el compartir contigo la recomendación y, sobre todo, tu entusiasmo al decirme: “Por las mañanas, La Ruda huele a café, a buen café”.

Aquella primera vez entré en La Ruda por la calle Toledo sin perder de vista, al fondo, la estatua de Eloy Gonzalo, y me fui deteniendo en los innumerables comercios que la habitan por sus pares y sus impares, hasta completar el recorrido, de poco más de 100 metros, en la plaza de Cascorro.


Al fondo, plaza de Cascorro
Restaurante El Brote (izquierda imagen)

Enseguida me llamó la atención una cafetería-heladería enmarcada por rótulos de dos negocios del pasado (Perfumería y droguería Manila y Saneamientos Rodríguez), cada uno con su propia tipografía, que adornan la fachada del actual establecimiento, Mama Elba, compañero de travesía de otros muchos, de lo más variopintos:

Agencia de viajes, tiendas de ropa, bisutería, ultramarinos, discos y libros, tapicería, peluquerías, relojería, arte africano, academia de idiomas, alimentación biológica y, por supuesto, allí estaba Ruda Café.

En esta estación me detendría poco después para degustar el aromático fruto, de sabor tan exquisito que la ceremonia de ese día señalaría el comienzo de mi idilio con esta calle, más castiza aún que el restaurante Malacatín (La Ruda, 4), donde, al parecer, el comensal no paga la cuenta si consigue terminarse los tres platos que conforman un auténtico cocido madrileño. 

Pasé por delante de una tienda de jabones a granel y también de una frutería, sin saber entonces que hubo un tiempo en el que La Ruda, cada mañana, se convertía en mercado ambulante de frutas y verduras hasta que en 1935 la venta pudo trasladarse al mercado de La Cebada, por perder éste su condición de mercado de abasto y recoger el testigo, en la plaza de Legazpi, el Central de frutas y verduras. 

La situación estratégica de La Ruda, entre la plaza de la Latina y la de Cascorro, o lo que es casi lo mismo, a medio camino entre el mercado de La Cebada y el Rastro, fue determinante para que en los orígenes se asentaran en sus inmuebles mercaderes y comerciantes. Hoy, toda ella, es una exaltación del pequeño comercio, desarrollado en minúsculas tiendas-escaparate, que invitan a traspasar el umbral y donde el cliente se integra en una actividad realizada con maestría artesanal. 

Desde Embajadores, La Ruda conecta con La Latina y me ayuda a percibir el sabor a barrio, el que tú experimentas y muestras con gozo cuando deambulas por callejuelas estrechas, o entras en sus tascas, o en imprevisibles comercios, como la churrería centenaria de tu querida Santa Ana. 

De esos barrios forman parte calles como Latoneros, Humilladero, Calatrava, Águila, frente a Imperial, Concepción Jerónima, Colegiata, Estudios y la propia Ruda, entre otras muchas, desde la Plaza Mayor hasta la glorieta de Pirámides, a ambos lados de la calle Toledo, por la que antaño los campesinos entraban para vender sus productos en la villa, y en la que Valentín y Luisa te abrieron su casa, y así la mantienen sus descendientes, al mismo tiempo que Madrid se abría a ti. 

¿Tú sabes cuándo una calle pasa a formar parte de nuestro callejero vital? Yo sí, por eso te digo que siempre que vuelvas a Madrid iremos juntas a La Ruda y confío en que nos espere Ruda Café (La Ruda, 11), atendido con esmero por #genteruda, de la que ya formamos parte.


Al fondo, calle Toledo
Café Ruda (izquierda imagen)


3 comentarios:

  1. Charo, entrañable relato!!!! Has hecho que recorriera contigo muchos sitios que desconozco. Al mismo tiempo he recordado con mucho cariño otros que visitamos unos meses atrás. Me apunto cuando sea a descubrir con vosotras " La Ruda ".
    Un abrazo!!!

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  2. Charo, las descripciones que haces de los barrios, las calles, las tiendas etc hace que uno se sienta paseando por ellos. Apetece un café en Ruda, ojala algún día me lo tome con vosotras allí.
    Un beso !!!
    MªCarmen

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  3. Muchísimas gracias!, vamos a ponernos a ello y en el itinerario estará Ruda Café, por supuesto!!!

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