sábado, 10 de julio de 2021

JOAQUÍN COLL CLAVERO, POETA

Dos años hace que nos falta Joaquín y, quizá por mi torpeza, cierto es que no sé definir cómo me siento. Pero su recuerdo perdura intacto en mi memoria, su risa franca, su sonrisa bondadosa y su generosidad siguen presentes en mí como cuando, hace ya muchos años, compartimos tiempos de "jóvenes". Fueron pocos años; para mí, una vida.

El pasado año rescatamos poemas escritos por él, en su inmensa mayoría manuscritos e inéditos. Creemos que con una pequeña muestra de versos, de algunos de sus poemas, queda abierto un postigo por el que se vislumbra todo un mundo poético, en el que habita Joaquín.

Sirva de homenaje, en este segundo aniversario de su ausencia.

Alfonso Ordín Náger


A mi edad solo quiero,
en el pobre rincón de esta vejez amable
sentir en mis espaldas el calor de tus ojos,
aproximarme al signo de tu rostro.

Coll, J. "El signo de tu rostro" (vv. 15-18)

Kati y Joaquín


Tú eras aún muy niña
y aquella tarde mismo,
te perdiste.

Cuando por fin apareciste,
me llegó a faltar piel para besarte.

Coll, J. "Réplica" (vv. 4-6 y 12-13)


Sigues en mí girando
como la hierba seca en la eterna llanura,
permaneces cautiva
en este ominoso semiolvido
que muta poco a poco hacia el vacío.

Coll, J. "Madre" (vv. 1-5)


Desde que faltas,
se hacen más cortos los veranos
y va menguando junto a nuestro empeño,
el agudo dolor que nos causó tu ausencia,
el recuerdo de tu sonrisa abierta,
la mirada serena de tus ojos

Coll, J. "Palabras para Sol" (vv. 14-19)


A ser niña 
viene Martina
a ser niña y a jugar
con pellizquitos de pan.

Coll, J. "Nana a Martina" (vv. 1-4)


Ahora
que hace algunos años que descansas
entre las piedras de mi propio olvido
déjame que te escriba con el alma
estos versos de amigo
y llenar de otro aroma mi vacío.

Coll, J. "Para mi amigo (Pedro)" (vv. 1-6)


En lugares inciertos
lejos de los caminos
que pisotea el hombre
brotan flores ocultas
y otorgan su presencia
a quien nunca las mira ...

Coll, J. "Las flores" (vv. 11-16)


No te eligió la vida la elegiste
no te robó la dicha el infortunio
ni la melancolía
no elegiste bullicios ni banderas
no elegiste un país sino un paisaje.

Coll, J. "Palabras para Helga" (vv. 5-9)


En nombre además de todos los que saben
que la verdad de Harry
reside en la memoria,
y en nombre sobre todo,
de aquellos que llegamos
a amarle tiernamente,

quiero dejar bien claro, Harry, amigo,
que ha sido muy hermoso estar contigo.

Coll, J. "Afonía" (vv. 34-41)


Ciudad que vas conmigo después de tantos años
recuerdo en el que nunca he puesto memoria de otras calles,
ni olvidado los versos que aprendí de tus labios.

Coll, J. "Barcelona vacía" (vv. 1-3)


Detenido su aliento en el zaguán oscuro
la puerta está cerrada.
La casa no respira.

En un rincón del patio
descansan las azadas
y en la cocina, el cierzo
hace sonar la chimenea
que aún escuchan erguidos
dos pucheros de barro.

Coll, J. "La casa muerta" (vv. 1-9)


Hay que decir
con la arrogante impiedad de los enigmas,
que los amigos son siempre los amigos
y van siempre contigo porque habitan
ese oscuro anaquel de la memoria
en que vives tú mismo.

Coll, J. "Los viejos amigos" (vv. 1-6)


Gracias a Alfonso por acercarnos este recital sincopado y a Kati, por su generosidad.


Un día como hoy, nadie mejor que Irene Vallejo para poner palabras a nuestros sentimientos. En su columna El Atlas de Pandora (*), hace unas semanas, escribía:

"Ciertas personas -como algunos libros- son presencias invisibles con el poder de acompañarnos siempre: recordar es, en cierto modo, dejarse visitar por fantasmas".

"Los fantasmas existen -aunque no sean reales- porque los necesitamos. No sabemos vivir sin los muertos."


(*) Vallejo, I. (junio 5, 2021). Quédate, fantasma. El País.

5 comentarios:

Gracias por visitar Calles con alma. Vuestra generosidad nos impulsará en el día a día.