domingo, 1 de agosto de 2021

EL CAMINO DEL SOLANO (VALLE DE BENASQUE)

El Camino del Solano, una amplia zona situada entre la ladera media del pico Gallinero y la tuca Urmella, está modelado por multitud de caminos y cinco son los pueblos allí asentados: Eresué, Ramastué, Liri, Arasán y Urmella. Todos ellos de cara al sol y a la Sierra de Chía, aunque Urmella se esconda tras olmos y fresnos y obligue a visitarla para comprobar su privilegiado enclave. 

Llevo dentro a una niña que empezó a trabajar allá por 1932, con 7 años; a esa edad anduvo, por vez primera, el camino que separaba Sahún de Ramastué. En cuanto perdía de vista su pueblo, lloraba y, para que la pena se fuera antes, corría y corría. 

Desde que iniciamos la excursión por los pueblos del Solano, en nuestro caso, este verano y desde Sesué, la niña no deja de susurrarme. Sus historias, que forman parte de la memoria heredada, afloran a cada paso de una marcha con silencios compartidos. En Eresué nos detenemos en la iglesia, de estilo románico-lombardo, del siglo XII y en Ramastué, el pueblo más alto de la ruta, con amables vecinos que nos ilustran. 

En “Casa Juana” cuidaría un rebaño de ovejas y vacas, y en su cesta de la “merienda” nunca le faltaría el termo de café con agua y azúcar. El Sr. Ángel (también su padre se llamaba Ángel) y la Sra. María, sin descendencia, la tratarían como a una hija … Allí aprendería a peinarse y a tejer calcetines con cinco agujas. Cuando disfrutara de una jornada de descanso, la pequeña regresaría a casa y, al día siguiente, emprendería el camino del Solano que la devolvería a Ramastué. 


Ramastué (Huesca)
Pico Turbón a la izquierda de la torre


Desde Ramastué, llegamos a Liri, y en este pueblo también empinado, de cuidadas casas, tomamos el camino hacia Sos y Sesué, con un tramo paralelo al barranco de Ramastué, que nos alivia del calor del mediodía por su húmeda atmósfera y vegetación frondosa.

Los senderos del Solano son infalibles para conseguir que el alma se aquiete y afloren las emociones. Mientras, las botas avanzan; unas veces por zonas algo empinadas y pedregosas, otras llanas y mullidas por la vegetación, casi siempre estrechas. De vez en cuando, nos protege un muro de piedra, quizá coloreado de musgo o salen a nuestro encuentro espontáneos pórticos, de combados avellanos. 

Estos caminos, durante mucho tiempo emboscados, se han recuperado a partir del auge del senderismo y, sobre todo, de la bicicleta de montaña (por rutas BTT). Antaño los mantenían en perfecto estado de conservación, todo el año, porque eran esenciales como vías de comunicación vecinal y para el desarrollo de las actividades agrícolas y ganaderas. 

Retomamos el recorrido otro día y al llegar a Urmella, en coche, por una carretera en mal estado, se confirma que hemos llegado al final, así que lo dejamos atrás y seguimos en dirección a Arasán. Sin embargo, antes de abandonar Urmella, por sus calles y miradores naturales, percibimos que este lugar reúne condiciones para iniciar otro tipo de viaje, aquel que nos enfoca hacia nuestro interior. Algo parecido les pudo ocurrir a los monjes que habitaron, allá por el siglo XI, el monasterio de los Santos Justo y Pastor, del que quedan restos en la iglesia del mismo nombre. 


Urmella (Huesca)


Hemos visto que el Camino del Solano es el paraíso del avellano, del albá (abedul), del boj y del olmo. De los robles y el fresno, y, por supuesto, de los manzanos y los cerezos silvestres. 

Y además, sabemos que sus senderos guardan otras muchas historias, de distintos protagonistas, que bien podrían hablar de viajes a Eresué, padre e hijo, para llenar el carro de manzanas; o del otoño en el que dos amigos, recién terminada la mili, encontraron tajo en Urmella y los viajes diarios hasta allí, en bicicleta, para trabajar en su carretera; o de repetidas caminatas a Liri, para recordar a una familiar delicada de salud y, cómo no, de aquel primer viaje a Urmella, que dio lugar a que la familia se extendiera. 

Y Sahún, en el principio de todas las historias.


Sahún, al fondo (y El Castellaso)
Foto tomada desde la majestuosa Sierra de Chía
Enfrente, el Camino del Solano en su comienzo por Eresué (en la imagen)

4 comentarios:

  1. Charo, qué ilusión la nueva entrada!! Ha sido muy especial para mí recordar a tan queridos protagonistas y en especial conocer la historia de la pequeña ( tía ).
    Bonitas fotos del Valle!!! Gracias por compartir tu trabajo!
    Un abrazo.

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  2. Buenos días; Cuando se acerca un nuevo mes, me pongo expectante, para recibir con mucha ilusión, las narraciones que nuestra querida Charo, nos deleita con sus "Calles con alma", Pero esta vez, la sorpresa ha sido MAYUSCULA, cuando la narración con mucho mimo y cariño, ha sido la de una niña de 7 años recorriendo el "camino del Solano", y que en su día fue vuestra QUERIDISIMA M A D R E.
    Muchas son las historias y vivencias acaecidas por la familia MONSERRAT por ese maravilloso recorrido, que yo tengo grabado en mi mente.
    Muchas gracias Charo, por tu trabajo con tanto cariño y generosidad, al narrar las primeras peripecias de esa niña por el camino del Solano, que fue vuestra Madre, hija, y hermana, de la familia MONSERRAT
    Un Abrazo grande, de tu tío Marcial

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  3. Charo, haces que uno esté haciendo esa ruta contigo. Además me llevas a sitios que no conozco pero me siento en ellos.
    Gracias Charo.

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