Calles con alma: VIVA SANTO DOMINGO

Gracias, a todos los que habéis hecho posible que nuestro Santo Domingo haya retornado a su calle y el agradecimiento más cálido para Antonio Buil (Foro B21), la persona que dio valor al hallazgo fortuito de la imagen y ha contagiado su entusiasmo para hacer realidad una quimera.

Fachada lateral del inmueble nº 4, situado en la calle Joaquín Costa

Nací en un lugar de espacios abiertos, a la conveniente distancia de la ciudad como para que, nada más salir de casa, dos eras de trillar cereal y hasta una "demba" formaran parte de juegos y encuentros con los amigos. Mi casa estaba al final de Santo Domingo, una calle tan empinada que ni nos enteramos de la riada del 63, que anegó calles y plazas y de la que tuvimos conocimiento por mi tío Fernando, que aquella mañana, aciaga para Barbastro, subió a comentar el suceso y nos encontró a todos aún en la cama.

Algunos de los tesoros de mi infancia son recuerdos de esta calle. Confieso que con la llave nº 23 abro el cofrecillo en el que habitan los de índole familiar y a su abrigo permanecen los tejidos con personas entrañables que traspasaron el umbral doméstico; con la nº 17 rememoro la amistad incondicional de dos almas gemelas, hoy seres de luz, Primi y Carmen, mi madre. Y tengo a buen recaudo las vivencias con el Sr Soler, en su fábrica de géneros de punto, así como las que surgieron de juegos improvisados con amigos consolidados desde la cuna.

Después de 50 años hay recuerdos que vuelan libres, como las aves migratorias que, por un instante, privaban de cielo a mi calle; y al son de un estribillo viajan otros que me hablan de convivencia pacífica y solidaridad; también de alegría y felicidad:

Viva María

Viva el Rosario

Viva Santo Domingo, que lo ha fundado

Así le cantábamos al santo, patrón de la calle, mientras celebrábamos la fiesta en su honor, a primeros de agosto. El inmueble situado en el número 7 tenía una hornacina en su fachada con la imagen de Santo Domingo y en esa zona de la calle, a partir de la cual ya se pierde de vista la calle Monzón, se concentraba el jolgorio y se degustaba la inolvidable chocolatada estival.

Al desplomarse la casa que amparaba al santo su imagen desapareció y tras décadas privados de Santo Domingo, el pasado año Toni Buil localizó la imagen que generosamente ha devuelto a la calle, una vez restaurada. La nueva hornacina se ha construido en la fachada lateral (calle Santo Domingo) del inmueble ubicado en la calle Joaquín Costa, nº 4.

Hoy celebramos el reencuentro con Santo Domingo y es un buen día para pedirle al santo protección para su calle, que ha pasado a ser un camino forestal en la mayoría de su recorrido.

El pavimento deficiente y delimitado por la maleza; los solares sucios y sin las convenientes medidas de protección, la ausencia de papeleras y los desperdicios abandonados en cualquier lugar; es decir, el prolongado olvido de Santo Domingo en los planes de acción municipal, que además favorece las malas prácticas de transeúntes incívicos, ha contribuido al estado lamentable en el que se encuentra la vía, situada en un lugar estratégido del centro de la ciudad, y como tal la anuncia una señal vertical colocada por el Ayuntamiento de Barbastro al inicio de las Escaleretas.

Santo Domingo necesita políticos audaces que asuman el reto de su transformación.

¡Viva Santo Domingo!