Hoy os acerco a un joven
bisabuelo al que su bisnieto mantiene en forma, a un patriarca de su familia, a
un ilustrado del siglo XX, a un andarín al que me encanta ver mientras camino
por las calles de Barbastro.
En plena búsqueda de
fotografías para la exposición en el Pasaje Comercial de la calle Joaquín Costa, tuvimos
la fortuna de dirigirnos a José Castellón Gabarre, conocido por todos como
Gallo, y, de inmediato, contamos con su colaboración. En la calle Conde, a la
salida del Culto, le explicamos nuestro proyecto a un grupo de personas y, a
los pocos días, él mismo nos traía a casa el retrato de una antepasada suya, a
la que llamaban la abuela medallera, Dña Rosamunda Gabarre Giménez.
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D. José Castellón, en el puente del Portillo (Barbastro)
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Desde aquel momento, el
saludo cortés, que siempre había existido entre nosotros, se ha ido
enriqueciendo por el cambio de impresiones allá donde nos encontremos, o alguna
que otra charla, alrededor de una mesa.
Hace ya dos años de la
inauguración (*) de la muestra de fotografías antiguas y reivindicaciones aún
vigentes. Meses antes de aquel 9 de marzo de 2019, nos tomábamos el primer
“cortado” mientras me hablaba de los Reyes Católicos y de la persecución de los
gitanos, pero además de lo querido que se ha sentido siempre en Barbastro.
Me resultaba gratificante
descubrir, entonces que buscábamos contra reloj fotografías, historias y personas significativas
de la calle Monzón y aledañas, que algunos de sus primeros paisajes fueran
también los míos ... Desde su Azlor natal y a los pocos días de nacer, la calle
San Hipólito; la avenida de la Merced, el tiempo en el que vivió en la casa de
la yesería; el camino del Terrero, las eras, la calle Santo Domingo … Y llegaban a la conversación personas que le habían dejado huella, como D.
Ignacio Palá, al que le gustaba charlar largo y tendido con un Gallico niño, que aún
vislumbro cada vez que me cuenta vivencias de aquellos años.
De su larga vida laboral destaca
la etapa en la que condujo uno de los 4 o 5 tractores-pala que había en
Barbastro. Y que a punto de que lo "fichara Jordán", dio un cambio en su vida y
optó por la venta ambulante en Barcelona, pero sin dejar de regresar a casa con frecuencia.
Hace años que vive en el
Entremuro y en sus amplios paseos diarios por la ciudad siempre incluye el
barrio de su niñez; “me llama” dice este gitano, orgulloso de su gente y de sus
tradiciones. Este vecino de Barbastro, conciliador y comprensivo, entrañable,
es un referente para los suyos, entre los que, con su permiso, me incluyo.
El alma de mis calles está
impregnada de esencia gitana, y lo supe desde niña, por los carromatos que
dormían alguna noche en la era de Palá, y por vivir al lado de Luna; igualmente
ahora por mis vecinos de Santo Domingo, La Virgeneta, Esparza, Corte, Conde …
y, por supuesto, por mi querido Gallo.
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Grupo de jóvenes en "Los jardinetes" (Barbastro) Gallo, en el centro, segunda fila (años 60) |
(*) En la tercera página de este blog, hay un video recordatorio de la exposición.