CALLE JOAQUIN COSTA

Hace un par de domingos, a punto de concluir el primer paseo de la cuarentena, me reencontraba con el mural pintado por David Gatta en la calle Joaquín Costa (inspirado en el cuadro de Murillo “Mujeres en el balcón”).

En pleno pico de la pandemia, me había despedido de ambas señoras, a través del microrrelato titulado "Desde el interior", que presenté a un concurso del Ayuntamiento de Barbastro (*), y les prometí volver a visitarlas tan pronto como se permitiera pasear por las calles sin restricciones. En verdad ese momento no ha llegado todavía, pero tras una caminata esperanzadora tuve la necesidad de saber cómo estaban, después de dos meses sin verlas.

Llegué hasta ellas a través de la calle Saso y Saurina y me recibieron sonrientes e iluminadas por el sol.

Lo primero que atrajo mi atención fue el deterioro que está sufriendo una parte de la pared que las acoge. Esa zona tendrá que ser revisada, y pensé que también algunos de nuestros motores vitales están necesitados de una puesta a punto para arrancar con energía.

Elevé mis ojos y las vi más cercanas que nunca, incluso cómplices en nuestra cuarentena. Como casi todos, han permanecido al abrigo de su casa y mientras la joven contempla la vida con alegría contagiosa, como es de esperar, la mayor nos habla con gesto elocuente: “boca y nariz tapadas”, parece decirnos en actitud protectora.

A finales del 2019 llegaban al barrio nuestras ilustres vecinas, en un esfuerzo por unir voluntades a favor de la concordia. Son el faro que ilumina un espacio en otro tiempo degradado, mientras nos recuerda que el entorno requiere una mejora continua.

Gracias, queridas Señoras

(*) Microrrelatos premiados en el Concurso convocado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Barbastro, durante el confinamiento:

El Fogaril; Reencuentro; Sin reproches

¡Enhorabuena a los ganadores!