domingo, 10 de julio de 2022

RECORDANDO A JOAQUÍN COLL

No es necesario que se aproxime el día de la marcha definitiva de Joaquín, también de Pedro -ambos son inseparables en mis evocaciones de juventud- para recordarlos, pues acudo a ellos en innumerables ocasiones.

Hace unos días retomé, una vez más, la lectura de la trilogía de C. Ruiz Zafón (La Sombra del Viento, El Juego del Ángel y El Prisionero del Cielo), las tres obras envueltas en el misterioso mundo gótico del "Cementerio de los libros olvidados". CRZ, un gran contador de historias con un estilo deslumbrante y sutil, sitúa la trama de sus libros en las calles de la antigua Barcelona: Barrio Gótico, Ramblas, el Raval, y al leerlo viajo hasta allí a través de la memoria. Mantengo muy presente el olor que flotaba en el aire del barrio Gótico, mezcla de humo, ceniza y comida; el aliento a humedad de los portales abiertos y de aquellas piedras que susurran historias ...


Joaquín Coll (verano, 1968)