lunes, 10 de julio de 2023

A LAS AUSENCIAS DE JOAQUÍN COLL Y PEDRO OLIETE

Hace ya cuatro años de la ausencia de Joaquín y unos cuantos más de la de su amigo del alma, Pedro Oliete (junio del 2006). Los dos me honraron con su amistad.

En mis solitarios paseos matutinos por las zonas verdes que jalonan el río Bernesga en León, se genera un ambiente que me invita a la reflexión. Según el estado en el que se encuentra mí espíritu, alegre, triste, melancólico, nostálgico …, así es la deriva de mis pensamientos.

Y es ahí cuando la brisa fresca, que el río arrastra desde los puertos, sacude mi memoria y evoco aquella época de juventud que recorrimos juntos, en Barcelona. Generosa en recuerdos y anécdotas joviales y, también, de compañerismo y de nobleza en momentos complicados. Celebro todo ese tiempo que compartí con ellos y que para mí fue un regalo.

Hoy no voy a ponderar sus valores, lo he hecho ya en muchas ocasiones y lo saben muy bien quienes los conocieron, únicamente me remito al título de mi primer relato en su recuerdo: “Como ibones del Pirineo”, así eran, claros y transparentes; dedicados a los estudios y a brindar su ayuda a quien se la solicitara.

En esta fecha (10 de Julio), en la que Joaquín emprendió el viaje de no regreso, acostumbro a recordar a ambos amigos de forma explícita en este blog porque por encima de la ausencia se mantienen vivos en la memoria de quien los quiso. 

Durante el tiempo que recorrimos la vida juntos, no recuerdo que hubiera ningún desencuentro entre ellos, ni siquiera algún enfado ocasional. Su carácter “no se lo permitía”, pero buscando entre los poemas de Joaquín, con más de uno dedicado a su amigo Pedro, he encontrado éste que, salvo error, ve la luz por primera vez.


CARTA AMOROSA

Amigo:

Hace 500 siglos que no hablamos

y retomamos juntos los caminos

en busca de la sabiduría.

 

Amigo:

Nuestras bocas son loros endemoniados

y nuestro corazón amurallado

por el seco lodo de la miseria.

No vivimos casi nada.

¡Me quejo!

Porque quiero quererte y que me quieras

 

Es cierto: nos queremos

pero esa lámina de vidrio

que nos separa

nos hace convertir en pantomima.

 

Espero que tú esperas

que la rompa

y yo

lo mismo espero.  

Joaquín Coll Clavero


Seguiré contando con ellos, siempre han sido amigos fieles, pues en este invierno en el que ya me encuentro, necesito su recuerdo para sentirme joven. Y me esforzaré en seguir caminando, a pesar de que los años y la isquemia me obligan a hacerlo cada vez más despacio y porque sé que cuanto más lento camina uno, más deprisa pasa la vida.   

Alfonso Ordín Náger


A la orilla del río Bernesga
Lateral del Paseo de Salamanca (León)